By Marina Monti   




‘Algunas cosas cambiaron, otras no’

1. Lámpara de sal: ayuda a crear un ambiente cálido y relajado durante la noche.
2. Comedero para gatos: tarea demandante ya que son varios los comensales.
3. Difusor de aromas: lo conecto al USB de la computadora. Ayuda a concentrase, por el aroma y el sonido al producir el vapor.
4. Crocs: cuando salieron me parecían detestables por su estética, ahora y en cuarentena, adoro su confort.
5. Barbijo: uso forzoso, incómodo pero hay que seguir las normas para n romper protocolos.
6. Auriculares: permitieron no distraerse con sonidos externos  y prestar atención en horas de trabajo y estudio.
7. Mate: fiel compañero en todo momento.
8. Router: sin él no podría haberme comunicado con gran parte del exterior. Jugó un papel muy importante junto a los dispositivos conectados.
9. Anteojos: un hábito de siempre para poder enfocar a mi alrededor.
10. Alcohol 70%: además de lavar y desinfectar, nunca falta un poco de alcohol para reforzar el cuidado.
11. Palita de jardín: plantar plantitas fue una excusa para salir al aire libre y conectarse con la naturaleza.
12. Pelota: juguete del perro. A falta de paseos hubo que jugar bastante para descargar la energía contenida.
13. Crema hidratante: junto con otros productos y más tiempo,  tratar de volver al cuidado personal.
14. Manzana verde: otro hábito que me acompaña apenas me levanto, en el desayuno.
15. Control remoto de TV: un hábito nuevo de cuarentena, mirar películas en Netflix.