By Nicolas Villalta Campi



Mitigar mis ideas catastróficas en pandemia

1. Microfono de pc: Me mantiene ocupado escupiendo palabras en pleno diálogo con mi círculo de pertenencia, proponiendo proyectos que nunca se pueden cumplir en situaciones de encierro. Es testigo de mis manifestaciones hipocondríacas, pero lo utilizo para intercambiar palabras con otros humanos y distraerme de lo tanático de la realidad.
2. Chromecast: Ni bien inició la cuarentena decidí adquirirlo y dar de baja el cable. Lo utilizo de forma diurna y nocturna para nutrirme de obras audiovisuales a través de distintas plataformas que permitan acceder a este contenido. Al volver del trabajo siempre me aplico una dosis de este contenido multimedia para interpretarlo y saber que aún estoy vivo.
3. Mate: Me ayuda a calmar la pulsión oral, me despierto con ansiedad y consumo varios mates para sentir que me encuentro en mi propio mundo sin catástrofe.
4. Broches: Desde que decretaron la cuarentena a causa del virus mi preocupación por el aseo incrementó, en especial por el aseo de la ropa. Todos los días lavo algo.
5. Notebook: Desde el día uno de cuarentena, mientras consumo algun contenido multimedia usando el chromecast anteriormente mencionado, sobre mi regazo coloco mi notebook y alterno esporádicamente entre pestañas del navegador en canales informativos que me actualicen sobre la cifra de infectados y muertos en el país.
6. Mancuerna: Personalmente soy sumamente sedentario desde mi pre-adolescencia. Pero a mediados de cuarentena me puse a reflexionar sobre mi deterioro muscular y llegué a la conclusión de que de las 14 horas en las que permanezco con los ojos abiertos turnarme con trabajos de 20 minutos por cada brazo dia por medio no me restaría vitalidad. El encierro me permitió esa introspección, y la mancuerna llena de polvo en un mueble me permitió ejecutar la acción.
7. Aerosol mata cucarachas: Dentro de mi hogar tuve varias invasiones, pero en plena cuarentena las cucarachas se desviven por visitarme. Coloqué gel, pero no surtió efecto. Por el momento mantengo todo limpio y al ver dos o más juntas en un rincón las baño en aerosol. Desde que inició la cuarentena todas las semanas repongo el envase.
8. Lente Kit: Este lente que me vino con la canon t5i me acompaña en los momentos más débiles. Cuando no hay gente para hablar, chats en los que dialogar, me preocupo por tomar fotogorafias con luz natural de mis plantas, o capturar lo grotesco de mi alacena con cadaveres de cucarachas. De cierta forma me remueve el malestar de este aislamiento en
cuarentena.
9. Plantas: Iniciada la cuarentena me regalaron 3 ramas de potus, todos los días me preocupé por que no pasen sed. Lo veía como vida que alimenta vida. Hoy en día hay más raíces que agua en el frasco pero porque sé que la planta está contenta y al verla todos los días me pone contento a mí.
10. Teléfono Movil: Mi celular, que no lo tengo para otra cosa que colocar la alarma para asegurar mi rutina fija, manejar chromecast y ser usado como segunda cámara en realizaciones experimentales a dos cámaras, me mantiene con la dosis justa de templanza diaria para poder respirar hondo al final del día e ir a dormir.
11. Repelente de mosquitos: Lo tengo en la mesa de luz y en el baño, dado que considero que la principal amenaza en mi país antes que el coronavirus fue el Dengue, debido al cual un amigoestuvo casi un mes internado. Todas las noches rocío los ambientes aunque el frío ya conviva conmigo para que no se acerquen los mosquitos.
12. Barbijo: No me imagino usando el blanco común. Elegí ese diseño porque es una forma de asignarle un lado visual lúdico a toda esta tragedia. Me acompaña al salir a aprovisionarme
de alimentos, o al asistir al trabajo.
13. Pijama pantalón: Desde inicios de la cuarentena obligatoria todo el tiempo en el cual me encuentro en mi casa mi indumentaria consiste en utilizar pijama, más que nada la parte inferior. Al salir al exterior y colocarme una camisa un pantalón y cinturón me siento encadenado.
14. Joystick: Los videojuegos me acompañan prácticamente desde la cuna. Estuvieron en los momentos más solitarios de mi pasado y ahora, en esta etapa angustiosa (pero no
interminable), también se encuentran todos los días.
15. Fruta: No a inicios, sino a mediados de la cuarentena, pude entender que toda la angustia y caos que generaba el proceso de notificarme sobre lo que acontece en el exterior producía un efecto de ansiedad oral en mí. Por este motivo intercambié los snacks (nachos, palitos y papas fritas) por frutas y además de combatir el pesimismo estoy viendo la gran diferencia en la balanza. La banana fue mi primera fruta en cuarentena, ahora en el desayuno como una todos los días.