By Tomás Vega
1. Zapallo: Al igual que el arroz, una carta segura pero aún más versátil, sea en sopa, puré, horneado o hervido, sea como sea es base de comidas. El zapallo no falla, sin importar su tipo.
2. Manzana: Base frutal por excelencia para cocinar o comer como colación. Pocas veces en la semana hay cenas en casa, nunca almuerzo ni meriendo aquí. Es difícil consumir fruta en la calle y con horarios complicados, por lo que aprovechando estar en casa estos alimentos se convirtieron en lo principal a la hora de ir al súper.
3. Harina de trigo: Aunque no puedo comer nada rico, me saco las ganas cocinando para mi pareja. Aunque el gusto no está presente en las pruebas, el color y el aroma llenan el vientre.
4. Arroz: La base de todas mis comidas durante ya casi dos meses. Aburrido pero simple, versátil y rápido, además no genera problemas. Se convirtió en la carta segura.
5. Té: Claras de té deberían ser en realidad. La dieta de protección biliar marcó volver al té, y se hizo un compañero invaluable.
6. Posavasos: Largas horas sentado y trabajando en la mesa mostraron muchas tazas calientes que podían arruinar la pintura. Uno de los objetos jamás utilizado cobró sentido finalmente.
7. Control remoto: El tiempo libre, que normalmente pasaba fuera de casa, hoy se convirtió en temporadas completas de series y películas, disfrutando del living, algo que normalmente no sucedería.
8. Almohadón: En una día normal, rara vez uso las sillas, y cuando lo hago no se sienten incómodas, pero durante el aislamiento el trabajo se hace desde casa, por lo que ahora son muchas las horas y la incomodidad se nota, para eso llegó el almohadón.
9. Notebook: Un artefacto que normalmente quedaba guardado en su mochila, para ser usado contadas veces, hoy es el aula en mi casa.
10. Trípode: Los primeros días el celular iba apoyado sobre la mesa y era sostenido por algún otro objeto por detrás; al pasar los días no quedó otra solución que pasar a un trípode y no preocuparme por el caso de que se cayera y terminara mostrando el techo en vivo.
11. Celular: El dispositivo de comunicación principal se convirtió en cámara web y espacio para las videollamadas que hoy reinan en esta realidad social.
12. Auriculares: Uno de los objetos que quedaban guardados para ser usados en muy pocas ocasiones; al compartir vivienda, la privacidad a la hora de realizar videollamadas es importante, ahí es donde aparece este objeto.
13. Libreta: Aunque todo el trabajo queda en el mundo virtual, las dudas en charlas y multiplicidad de actividades se convirtieron en notas de la pequeña libreta.
14. Alcohol en gel: Aunque era algo que había llegado a nuestras vidas con la gripe aviar, no fue hasta ahora que compré uno para tener en el auto.
15. Tapaboca: Algo que deberíamos compartir todos. Dos meses atrás nadie pensaría en comprar o confeccionar uno; días más tarde se convirtió en un nuevo objeto de comercialización temporal y esencial.
2. Manzana: Base frutal por excelencia para cocinar o comer como colación. Pocas veces en la semana hay cenas en casa, nunca almuerzo ni meriendo aquí. Es difícil consumir fruta en la calle y con horarios complicados, por lo que aprovechando estar en casa estos alimentos se convirtieron en lo principal a la hora de ir al súper.
3. Harina de trigo: Aunque no puedo comer nada rico, me saco las ganas cocinando para mi pareja. Aunque el gusto no está presente en las pruebas, el color y el aroma llenan el vientre.
4. Arroz: La base de todas mis comidas durante ya casi dos meses. Aburrido pero simple, versátil y rápido, además no genera problemas. Se convirtió en la carta segura.
5. Té: Claras de té deberían ser en realidad. La dieta de protección biliar marcó volver al té, y se hizo un compañero invaluable.
6. Posavasos: Largas horas sentado y trabajando en la mesa mostraron muchas tazas calientes que podían arruinar la pintura. Uno de los objetos jamás utilizado cobró sentido finalmente.
7. Control remoto: El tiempo libre, que normalmente pasaba fuera de casa, hoy se convirtió en temporadas completas de series y películas, disfrutando del living, algo que normalmente no sucedería.
8. Almohadón: En una día normal, rara vez uso las sillas, y cuando lo hago no se sienten incómodas, pero durante el aislamiento el trabajo se hace desde casa, por lo que ahora son muchas las horas y la incomodidad se nota, para eso llegó el almohadón.
9. Notebook: Un artefacto que normalmente quedaba guardado en su mochila, para ser usado contadas veces, hoy es el aula en mi casa.
10. Trípode: Los primeros días el celular iba apoyado sobre la mesa y era sostenido por algún otro objeto por detrás; al pasar los días no quedó otra solución que pasar a un trípode y no preocuparme por el caso de que se cayera y terminara mostrando el techo en vivo.
11. Celular: El dispositivo de comunicación principal se convirtió en cámara web y espacio para las videollamadas que hoy reinan en esta realidad social.
12. Auriculares: Uno de los objetos que quedaban guardados para ser usados en muy pocas ocasiones; al compartir vivienda, la privacidad a la hora de realizar videollamadas es importante, ahí es donde aparece este objeto.
13. Libreta: Aunque todo el trabajo queda en el mundo virtual, las dudas en charlas y multiplicidad de actividades se convirtieron en notas de la pequeña libreta.
14. Alcohol en gel: Aunque era algo que había llegado a nuestras vidas con la gripe aviar, no fue hasta ahora que compré uno para tener en el auto.
15. Tapaboca: Algo que deberíamos compartir todos. Dos meses atrás nadie pensaría en comprar o confeccionar uno; días más tarde se convirtió en un nuevo objeto de comercialización temporal y esencial.
Mar del Plata, Argentina
Universidad Nacional de Mar del Plata